El proyecto y políticas de colonización agraria del Estado franquista desplegadas por el Instituto Nacional de Colonización (1939-1973) no surgen de la nada. Siguiendo a [Cristóbal Gómez Benito](http://historiadelpresente.es/sites/default/files/revista/articulos/3/305unarevisionyunareflexionsobrelapoliticadecolonizacionagrariaenlaespanadefranco.pdf), en ella confluyen las políticas históricas repobladoras de colonización desde el s.XVIII (entre las que se destacan las nuevas poblaciones en el Camino Real de Madrid a Sevilla por Sierra Morena), las de reforma agraria y la política hidráulica.
La centralidad de la política hidráulica en el proyecto colonizador franquista es determinante. Si bien existe una cierta [redistribución de la propiedad](https://medialab-prado.github.io/poblados-colonizacion-colonias-penitenciarias/mecanismos-expropiacion.html), Gómez Benito señala comoel impacto de la política colonizadora es muy limitada en este sentido, instalando a unas 60.000 familias en un contexto en el que la población agraria en España alcanzaba los 3 millones, configurándose básicamente como "un complemento a la política de riegos". En cierta medida, la colonización franquista supone la materialización del intenso ["deseo hidráulico"](http://www.mapama.gob.es/ministerio/pags/biblioteca/revistas/pdf_ays%2Fa032_01.pdf) regeneracionista desde s.XIX configurando toda una red de pantanos, canales y acequias que estructuran el campo español.
A lo largo de los 35 años que se despliega en un momento decisivo para la modernización del campo español, partiendo de un sector agrario [escasamente mecanizado](https://medialab-prado.github.io/poblados-colonizacion-colonias-penitenciarias/urbanismo.html) a una plena mecanización e industrialización de la agricultura, contribuyendo tanto a una estabilización del latifundismo (al no existir una redistribución real de la propiedad) como a la posterior empresarialización del campo.