Latifundio, minifundio, grandes propietarios, pequeños agricultores… La adaptación al entorno parcelario era una de las claves que manejaba el Régimen para poder hacer que funcionará el plan de colonización en toda España. Por eso tuvieron que diferenciar el tipo de repoblación dependiendo de la región elegida. Los entornos agrícolas del norte de España son totalmente distintos de los del sur y el plan para la colonización de los espacios también tenía que serlo.
A lo largo y ancho de la geografía española podemos diferenciar entre varios modelos que tomaron las instituciones dependiendo del lugar donde se ideaban las nuevas poblaciones. Y con unas características y unos resultados finales también bastante diferentes.
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El modelo de Aragón-Navarra
Debido a su geografía y su situación parcelaria la zona aragonesa y navarra se caracteriza por los minifundios y de propiedad mucho más repartida y con explotaciones mucho más pequeñas. En esas zonas la actuación del INC fue más sencilla y la colonización fue más efectiva. El caso de Bárdenas del Caudillo (Actualmente con el nombre de Bárdenas) es uno de los ejemplos en los que esta estrategia de colonización se puede considerar como efectiva, ya que el pueblo fue creciendo y afianzándose con el paso de los años desde su fundación en 1959.
Aquí la situación cambiaba completamente. Frente a los minifundios del norte, la situación del sur siempre se ha caracterizado por los grandes latifundios controlados por pocas manos. Esto provocó que la colonización se hiciese de una forma bastante aislada y con una eficacia menor que en el norte. La mayoría de poblados, como el de Sotogordo se localizaron en medio de grandes extensiones de terrenos y acabaron aislados y gran parte de ellos abandonados.