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title | Introducción |
El Instituto Nacional de la Colonización fue el organismo creado durante la dictadura para llevar a cabo una de las transformaciones de mayor envergadura sobre el territorio, la colonización interior. Su comentido: transformar y poner en producción agrícola vastas extensiones de terreno, a través principalmente de la implantación de sistemas de regadío.
Si bien la colonización interior tuvo un desarrollo espectacular durante el Régimen de Franco, no fue un invento franquista. Hubo colonizaciones y planes de desarrollo hidráulico antes de la Guerra Civil, así como referencias internacionales: la Italia de Mussolini, la Alemania de los años 20 o Estados Unidos.
En todos estos casos la puesta en producción de terrenos valdíos supuso un movimiento de población. Hacía falta mano de obra, y esto implicó en el caso español la construcción de 300 nuevos pueblos. Planes como el Plan Badajoz dibujaron grandes Zonas Regables sobre el terreno, y dieron lugar a pueblos en medio de la nada, diseñados a menudo por algunos de los arquitectos más relevantes del momento, cuyos trazados vanguardistas llaman todavía hoy la atención.
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Los poblados de colonización acogieron a familias de colonos llegados de toda la geografía del Estado. Cada familia, seleccionada tanto por conocimientos como por criterios de buena conducta, recibía una vivienda y una parcela que debía ir pagando con su trabajo, sin saber en ningún momento a ciencia cierta el estado de las cuentas.
En muchos casos, además, las tierras recibidas eran de muy baja calidad: una trampa en la mecánica de expropiación de terrenos permitió a los grandes terratenientes mantener los mejores suelos. Tales fueron los beneficios de estos propietarios en algunas zonas, que se llegó a decir que la colonización no fue más que "agua para los latifundistas".
Pese a las dificultades tan diversas como la dureza de los suelos, la burocratización debida al control del Estado o la poca capacidad de los Planes para adaptarse a nuevos escenarios como la mecanización de la agricultura, la mayor parte de los colonos salió adelante. Y con ellos, la colonización y sus regadíos. Dos de estos colonos han conversado con nosotros para este proyecto.
Esta colonización no pudo tener lugar tampoco sin dos contribuciones imprescindibles. En unos pueblos marcados por la presencia de la Iglesia y la Sección Femenina, el papel de las mujeres, por un lado, fue invisibilizado sistemáticamente y despreciado desde la misma redacción de los Planes.
Otro colectivo fue también de importancia estructural en la colonización. Un Estado pauperizado tras la guerra y aislado internacionalmente no podía costear una inversión elevada en infraestructuras. Con las cárceles llenas de prisioneros tras la Guerra, el uso de presos como mano de obra fue propuesto como la solución a este problema. Como hemos querido mostrar en este proyecto, no habría colonización sin trabajo esclavo.
La colonización fue en resumen un proceso muy rico y diverso en el que una primera etapa represiva de la dictadura dio paso a otra más pragmática y tecnócrata. Fue una suma de historias desarrollada a lo largo de 30 años, caracterizada además por una toma abundante de datos. Acceder a estos es por tanto acceder a la memoria de una transformación. La transformación de un suelo que cambió junto a sus habitantes, llegados como nuevos pobladores. La historia de un conjunto de mundos creados de la nada, contada desde la consulta y visualización continua de datos históricos de archivos y estudios legitimados. Ventanas de datos a un territorio cuya escala y memoria cambiaron para siempre.